De idea a forma: la construcción de mi imperio creativo a los 38
Deep dive en el proceso creativo de una marca personal
Los comienzos
La idea de un estudio creativo ha estado en mi mente por años, sin embargo, en mi vida pensé que iba a crear algo como Orvak.
Si pudiera resumir cada evento que me ha ocurrido, cada cosa que parece de telenovela que he tenido que vivir para estar en este preciso momento, en mi iPad escribiendo este post mientras escucho Dido, no lo creerías. Seguro pensarías que estoy inventando o peor, que intento llamar tu atención con 5 minutos de lástima pero este no es el caso.
He pasado traumas, decepciones, depresión, auto aislamiento, sanación, perdón y empoderamiento. Todo en un lapso de 20 años y más.
Me gustaría contarte una increíble historia, decir que fue todo flores y mariposas, que Orvak llego a mi casi como un sueño donde todo fluyó fácilmente. Pero esa no es la verdadera historia. Tuve que pasar por el mismo infierno para estar donde estoy ahora. Con el corazón en la mano tratando de revivir y escribir cada pieza que sale de mi mente directo así, sin más. Sin contenerme, sin pensarlo tanto, con dislexia y todo. Sólo mi verdad y yo, exponiéndome a tus propias expectativas sobre este post, mi susbtack y mi contenido, en general.
Para esto, debo recurrir a la incomodidad magistral que significa para mí darte algo de información sobre mi vida personal y contexto para que puedas comprender los inicios de Orvak.
Sobrevivir primero, crear después
Luego de terminar mi carrera en negocios, estuve años buscando trabajo y esa oportunidad nunca llegó. He hecho muchas diferentes cosas en ese tiempo. Pasé de no salir a una fiesta sin tener algo nuevo que lucir a vender en la calle (no es que sea algo malo pero entiendes lo que quiero decir, el cambio de mi realidad de un día para otro era palpable). Con un título, decepcionada de la vida y harta de todo me aislé por más de 10 años del mundo. Honestamente, ni yo se como sobreviví sin mucho dinero y claramente no lo habría logrado si no hubiera vivido con mis padres. Eran mis 20s y no solo estaba lidiando con la crudeza del mundo sino que además tenia una hija pequeña. Solo éramos ella y yo; y una depresión que me tenía al borde respirando en mi nuca cada día.
No quería salir, ver el mundo, odiaba a todos y me odiaba a mi misma.
Entonces sí, esa era yo. La pandemia pasó y algo cambió en mí, parece trillado pero la espiritualidad se volvió una práctica común y en serio, tanto me salvó la vida como abrió TODO este nuevo y loco mundo, experiencias que me dejaron con parálisis del sueño por más de 1 año.
Cuento corto: no iba a volver a mi yo del pasado. Así que la decision era simple: o seguía lidiando con mis demonios hasta el final o me quedaba en el limbo, depresiva por siempre.
Por suerte, decidí lo primero y tuve que aprender tanto de mí, que hoy en día me parece irreal. En todo este proceso de sanación y re descubrimiento pude estar de nuevo en contacto con mis antiguas pasiones, es allí donde Orvak comienza a asomarse.
La semilla creativa
Primero, comencé escribiendo un libro de fantasía (que todavía espero terminar algún día), con un mundo y estética complejo detrás. Luego vinieron unas cartas oráculo, productos espirituales, activaciones. Después, textos, posts, un podcast sobre espiritualidad.
Cada vez que experimentaba en diversas materias, aprendía algo nuevo.
En algún punto me interesé por el diseño 3D. Sin conocimientos, expectativas ni nadie que me enseñara, decidí aprender como todo lo demás: 100% autodidacta.
Inversiones clave: un computador específico para gráficos, un iPad, una pantalla de diseño. Poco a poco formé un mini estudio personal con mis propios recursos.
Ya no era solo 3D. Fui absorbiendo nuevas habilidades sin darme cuenta. Invertía lo poco que ganaba en herramientas, cursos, lo básico para mi hija y para mí. Domingo a domingo, sin descanso, desde las 7 AM. Invierno o verano, estaba aprendiendo. Incluso sin saber nada. Aprendí a cambiar la RAM y tarjeta de video de mi PC. El arte, literalmente, me salvó.
Orvak como tal
Con todo lo que venia aprendiendo por años, decidí conscientemente que quería vivir de esto y crear algo estable. En ese tiempo Orvak llevaba otro nombre. Y era otro sistema, algo completamente diferente a lo que es ahora. Tenía la intención de crear portales que mezclaran espiritualidad, creatividad y 3D. Meditaciones, activaciones personales, shadow work, journaling y más. Diseñados para activar aspectos más profundos de la creatividad como a mí me habían funcionado, además de 3D, realidad virtual y otros aspectos extras eran parte de este estudio.
Luego fue un espacio de comunidad femenina y escritura creativa con todo una estética y misterio de un club oculto de mujeres. Con el tiempo, Orvak llegó a mí con su propio nombre. Mi primer instinto fue cambiar su estilo y crear una estética específica pero no funcionó, fue cuando entendí que era algo vivo pero a la vez parte de mi. Es casi como un alter ego inconsciente que se creó mientras yo iba cambiando, aprendiendo y mutando. Abrazando la esencia artística que siempre estuvo allí pero que suprimí por tantos años.
Ahora, simplemente lo dejo ser. Orvak es una entidad creativa pero está hecha para no seguir reglas. Por eso, si pudiera definirlo como algo específico, diría que es una especie de estudio creativo multidisciplinario. En él puedo hacer y ser lo que desee. Abrazo cada parte de mi esencia y mis habilidades.
En Orvak, hay dirección creativa, dirección de arte digital, talleres, auto expresión, diseño de productos (muebles, joyas, diseño en general que hago en 3D, etc). Hay creatividad y sobre todo comunidad. Me gusta y cada vez me siento más cómoda con la idea de que no puedo imponer nada. No puedes controlarlo. Es completamente impredecible y honestamente, estoy amando eso.
Así que, si pudiera definirlo, como dije anteriormente, diría que es un estudio creativo multidisciplinar. Pero tú y yo sabemos que es mucho más que eso.
Planeación y la trampa del perfeccionismo
Orvak lleva alrededor de 2 años, desde que la idea general nació, hasta que me di cuenta que era algo más. Y peor: no podía categorizarlo. Cambié el plan de acción miles de veces, estética, visión y motto de esta marca.
Me he dado por vencida más veces de las que puedo contar pero siempre vuelvo porque luego entendí que la razón por la que no podía sacar a flote este proyecto era mi propia resistencia. Querer controlar y determinar cada punto. El problema era yo y cuando dejé de cuestionarme qué era específicamente y simplemente lo dejé ser, es cuando todo se dió más sencillo. Y esto fue hace unas semanas atrás.
Me dije OK, que sea lo que quiera ser. Cuando solté el control, el logo apareció, el estilo se formó tan fácil como si no hubiera estado intentando dar con la estética perfecta por años. Solo se dió, como si nada.
Esto nunca me había ocurrido antes, suelo crear estéticas, diseños e ideas tan rápidamente porque respiro y vivo del arte básicamente. Es lo que consumo todo el día, poco y nada me dejo distraer por los dramas del mundo exterior - por muy individualista que suene, es la verdad-. En ese punto, es fácil para mí acceder a increíbles ideas para proyectos de terceros. Pero Orvak fue diferente desde el principio.






La mutación de Orvak
La relación de amor y odio que tengo que este proyecto es bastante especial. Es que cuando llevas viviendo en modo alerta/ supervivencia por tantos años, es inevitable querer controlar todo a tu alrededor, lo que sea que pueda afectarte en el futuro. Y Orvak, es todo lo contrario.
Me obliga a pensar diferente y soltar las riendas. Cuando quiero controlar un aspecto, se congela y no hay caso que pueda mover las piezas, nada parece funcionar. Pero en el momento en que dejo todo fluir es cuando más rápido funciona todo. Me ayuda a cambiar, me reta constantemente y he encontrado cierto placer en ello.
Lo que comenzó como un estudio tradicional se ha transformado en algo más ambiguo y centrado en comunidad. Comencé a notar como todo iba girando en torno a dar talleres, comunicarme y enseñar, a pesar de tener un Magister en Docencia jamás pensé que iba a terminar enseñando a otros mis formas y conocimientos que son tan personales como poderosas.
Pero es el camino que todo esto ha tomado por sí solo y actualmente siento que yo solo voy nadando en la misma corriente. Así, que como ves, no es la típica historia de intención y creación detrás, esto es algo diferente.
Una pausa antes de salir al mundo
Este es el primer post donde presento a Orvak de forma transversal. Es el momento que esperé por años. Y sí, tengo miedo. Mucho. Pero también estoy lista.
Mostrar tu arte no es solo por validación. Es supervivencia. Es historia. Y cuando esa historia no es apreciada, se siente como si nunca hubiera existido.
Y eso duele.
Por eso, desde el primer día, hablaré como quiero hablar. Incluso si incomoda, aburre o desentona. Porque el arte también tiene un lado oscuro. Nadie habla de eso: del perfeccionismo que paraliza, la comparación, la crítica interna, el miedo al rechazo.
¿Y si no soy constante? ¿Y si me decepciono? ¿Y si lo dejo todo? Sí, esos pensamientos están ahí. Pero también sé que son miedo disfrazado de lógica.
Y si esa voz hubiera ganado… todavía estaría en mi habitación, a oscuras, sin atreverme a nada.
¿Porqué solo veo arte instangrameable y consumible? BORRING!!!
¿Me preocupa que Orvak no sea entendido? Por supuesto que si. Pero siento que encontrará la forma de hacerse mostrar en su propio estilo, alguien terminará resonando con su vibra.
En este preciso momento se siente como una olla a presión, sé que es hora de dar un paso al frente con Orvak. Hay una urgencia en mí que no había experimentado antes, un deseo primitivo de crear, compartir, enseñar, comunicar y construir.
Por todos los archivos guardados sin compartir, todos los nombres que tuvo, los estilos y objetivos que tuvo por crear, los cuadernos, las ideas y los bosquejos secretos. Por todos los episodios y videos que grabé y nunca vieron la luz, por todos los productos que creé y nunca los mostré. Todo me lleva a este punto y se siente tan potente.
Pilares de orvak
He elegido diferentes canales y redes sociales que se sienten afines a mi y Orvak. Diferentes formas de crear y explorar mis propias pasiones.
Substack, como archivo libre y escrito.
Instagram, como moodboard y diario viusal del proceso creativo.
Podcast, como un archivo de audio, lleno de divagaciones, tips creativos y experiencias personales.
Youtube, como un diario personal más experimental y libre de guiones.
Patreon, como un espacio íntimo de esta comunidad. El lugar donde creo talleres de dirección creativa, prompts, tips, material para el proceso creativo y lo más importante, conexión directa con creativos como yo, que quieran ser parte de este movimiento.
Orvak está diseñado en niveles. Tres pilares en constante crecimiento y evolución:
ORVAK STUDIO: es el núcleo creativo y primer pilar. Lo que utilizo para colaboraciones profesionales con terceros. Dirección de arte digital, dirección creativa, diseño 3D, proyectos editoriales, project development y estrategias creativas para productos.
ORVAK ARCHIVE: es el espacio libre. Dentro de Archive existen tres subdivisiones que se expresan de forma escrita (Substack), visual (Instagram) y en archivos de voz (podcast). Es el espacio donde comparto procesos creativos, tips, insights, inspiración, etc.
ORVAK CREATORS: es el pilar final que une todo lo demás. Es el espacio íntimo de conexión con la comunidad creativa. Para ello he elegido a Patreon como el espacio donde -por el momento- planeo subir contenido, talleres, documentos y plantillas para facilitar y acceder a nuevas formas de creatividad. Además de material para acelerar tu propio trabajo.
Qué significa hoy “mi imperio creativo”
Un imperio creativo no se mide en seguidores o likes. Para mi, es cuánta verdad puedo sostener, cuánto puedo crear en base a mis propias habilidades y la libertad creativa es la base de todo. Es independencia económica, paz de hacer lo que me gusta bajo mis propios términos pero a la vez solventar mis gastos y vivir libre de estrés cada fin de mes. So tengo dinero en la mesa o no. Ya sabes, supervivencia en el mundo actual, lo clásico.
Conocer y compartir con otros creativos como yo. Eso es todo lo que siempre he querido. Dar espacio a una comunidad de artistas donde podamos crear juntos. Generar recursos con lo que sé, lo que aprendo, lo que comparto y finalmente, dejar el camino listo para que otros también se atrevan a experimentar y mostrar sus propias creaciones.
De aquí a cinco años…
Imagino a Orvak como un universo en constante expansión. Más que un estudio creativo multidisciplinar convencional pero a la vez, sin ningún tipo de ataduras creativas. Un espacio caótico y pulcro, ancestral y futurista, digital y profundamente humano.
Un lugar donde pueda vivir de lo que amo, sin tener que ajustarme a moldes que ya no me resuenan.
¿Y tú, estás diseñando tu imperio creativo?
Yo estoy en eso.
Esta newsletter es parte del proceso.
Acá voy a compartir ideas, herramientas, procesos reales, y detrás de escena de lo que significa construir algo desde cero.
Pronto en Patreon (Orvak Creators):
Una guía extendida con ejercicios, herramientas, música, libros, apps y más para acompañarte en este viaje.
Si llegaste hasta acá: gracias.
Gracias por estar. Gracias por leer.
Y si algo de esto te movió el piso, ya sabes lo que toca:
Diseñemos nuestro imperio.
Con caos, con miedo, con belleza. Pero a nuestra manera.
— Fe